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Feb 20, 2024

Reseña de Baila como una bomba

Zoológico Southside, EdimburgoMikel Murfi y Finola Cronin cuentan risas, desesperación y deslumbrantes momentos de conexión en un espectáculo de danza-teatro sobre las realidades del envejecimiento.

La pifia, así es como él la llama. El puñado de carne que se tambalea alrededor del intestino que ella agarra, tira y sacude. Luego toma la parte superior de sus brazos entre sus dedos y los agita hacia adelante y hacia atrás. La edad tiene un precio visible, de células sin colágeno, pero en este espectáculo de danza-teatro la edad también da motivos para la reflexión, algo de arrepentimiento y una buena dosis de dejar de importarte lo que los demás piensen de ti.

Los dos cuerpos envejecidos en escena pertenecen a Mikel Murfi y Finola Cronin, él actor formado en Lecoq, ella ex bailarina de la compañía de Pina Bausch, con Jessica y Megan Kennedy de Junk Ensemble coreografiando y dirigiendo.

La pieza tiene un texto inspirado, un monólogo sobre la rutina diaria de nuestro hombre desilusionado, sonámbulo durante los mismos días, reflexiones sobre pantalones con elásticos malos y su “regreso por hipnosis de ginebra” a la cama cada noche. Y hay momentos silenciosamente fascinantes: la mano de Cronin golpea el pecho de Murfi pero luego se extiende hacia él en señal de conciliación, con esa mezcla de irritación y profundo cuidado que a veces puede definir relaciones cercanas y prolongadas.

Se interrogan mutuamente sobre recuerdos, amores pasados ​​y lecciones aprendidas, el tono de una charla menos cálida que de fría inquisición, grandes historias que se abren con una o dos palabras y luego se dejan en el aire. Aquí hay desaliento –el estado de ánimo deprimido por la música sensiblera de Denis Clohessy, la forma en que la gravedad tira de la carne– pero también una franqueza nada sentimental. Y hay risas. La pareja cae en un juego macabro y cómico al estilo Whose Line Is It Anyway, “¡Hagamos formas de morir!”, y descarta las categorías (negligencia, disparo, accidente automovilístico). Murfi emite fuertes y húmedos sonidos de frambuesa mientras sus entrañas salen. burbujeando.

Es un placer ver a Murfi moverse, su cuerpo se agita y salta en un baile irregular e inconsciente. Cronin talla el espacio con elegantes brazos. Pero gran parte de su movimiento juntos es chirriante y requiere esfuerzo, la pareja se apoya fuertemente el uno en el otro, ofreciendo el apoyo necesario; esas secciones no siempre son muy gratificantes de ver, pero encarnan la fuerza y ​​el propósito de cuerpos que todavía tienen mucho que dar.

En el Zoo Southside de Edimburgo, hasta el 27 de agosto

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